Nuestro congreso este año se celebra en Barcelona, 18 y 19 de noviembre de 2019
No descubrimos nada nuevo al decir que los cambios cada vez se dan con mayor velocidad y la heterogeneidad/ diversidad de actores hacen que la incertidumbre y ambigüedad tengan una influencia determinante a la hora de construir conocimiento o de diseñar acciones profesionales que aborden las problemáticas generadas por esta realidad compleja. Si en la segunda parte del siglo pasado se desarrollaron las diferentes generaciones de teorías explicativas de la complejidad, una vez situados en el siglo XXI se constata la necesidad de desarrollar nuevas formas de reflexión y metodologías de acción que sean realmente coherentes con el diagnóstico teórico sobre el cambio y la incertidumbre.
También la Pedagogía Social y la Educación Social se enfrentan a este reto. Las necesidades sociales y educativas contemporáneas exigen con urgencia alternativas epistemológicas para estar a la altura de los retos que éstas representan. Interdisciplinariedad, transdisciplinariedad, colaboración, co-aprendizaje, redes…. son conceptos cada vez más utilizados pero que, a la vez, exigen construcciones operativas que realmente los llenen de significado. No se trata pues, únicamente, de explicar conceptualmente las particularidades del mundo actual sino de identificar de qué manera el diseño y evaluación de las acciones socioeducativas construye propuestas acordes con este planteamiento.
El entorno VICA (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) sitúa al profesional en un escenario donde es fundamental el desarrollo de una práctica reflexiva e investigadora como forma habitual de trabajo. Desde este punto de vista, podemos hablar perfectamente del abordaje de viejos problemas desde un planteamiento que integra una amplia diversidad de perspectivas (jurídicas, económicas, sociales, éticas, técnicas…) que son necesarias para que el tratamiento de las problemáticas sociales sea efectivo.
La pedagogía social y la educación social se encuentran plenamente inmersas en este debate. Una vez superada, al menos conceptualmente, la idea de oposición entre teoría y práctica, urge construir propuestas integradoras de reflexión-acción como alternativas reales a la mirada socioeducativa desde la complejidad.
Partiendo de estas reflexiones iniciales, en el XXXII Congreso de Pedagogía Social SIPS se propone reflexionar sobre qué cambios han de introducirse o ya se están manifestando en la disciplina que ejemplifiquen la adecuación de la misma a los retos del mundo actual:
En las formas específicas de construir conocimiento y plantear la investigación (cómo, con quién, con qué finalidad).
En las estrategias de cooperación entre agentes en los diversos órdenes de la acción: económica, política, técnica, etc.
En la reflexión ética sobre su responsabilidad / influencia sobre la sociedad.
En el desarrollo de acciones de transferencia que la acerquen a la sociedad (trabajo comunitario, construcción de redes, asesoramiento profesional, etc.).
En la formación de profesionales (nuevas metodologías de innovación docente).
El congreso propone adoptar una perspectiva donde el peso se ponga específicamente en destacar la novedad en los enfoques y no tanto en la particularidad del ámbito o sector específico de trabajo. En este sentido, la idea es que incorpore el máximo de reflexiones y experiencias en el amplio universo de la Pedagogía Social y la Educación Social que compartan como elemento común el desafío de la complejidad.